Ser docente de la Universidad Tecnológica Nacional es una tarea que requiere de muchos elementos conjugados en una sola persona, porque a la labor pedagógica se le suma el contexto de la UTN que con sus particularidades aporta matices y colores característicos a cada eslabón de nuestra comunidad universitaria.
Myrna Alberto es Ingeniera en Sistemas de Información y docente de nuestra casa de estudios, aunque ella confiesa que su presente une su pasión por los números, el pensamiento lógico, y aquel juego a “ser maestra” que jugaba desde muy pequeña.
En el Día del Docente Tecnológica, Myrna comparte su experiencia en esta noble tarea, que comenzó a descubrir siendo estudiante de Ingeniería, sumándose como auxiliar de cátedra. “Fui auxiliar, que es donde prácticamente todos comenzamos el camino de la docencia, pero siempre mi orientación fue más hacia la matemática”, dijo.
También recuerda que, en su juventud, al definir qué carrera estudiar, “no estaba en mis planes la docencia, de ninguna manera”. “Mi primera carrera fue en la UBA, en Buenos Aires, para ser Contadora Pública. Cuestiones de la vida hicieron que llegara a San Francisco y se presentara la oportunidad de terminar una carrera, así que ingresé a la UTN, a Ingeniería en Sistemas de Información, porque estaba muy relacionada con este aspecto de la lógica que a mí me apasionaba. Comencé una carrera ya siendo grande, pero fue una experiencia muy bonita”, explicó.
Y agregó: “Pero los números siempre estuvieron ahí, siempre. Desde chica, desde absolutamente pequeña, es más, jugaba a ser maestra, y mirá en qué terminó mi vida, dedicándome plenamente a la docencia y en una alta casa de estudios, así que creo que el destino estaba marcado, hubo algunas curvas en el camino y llegamos a destino”.
Myrna Alberto es Docente de Análisis Matemático I en las carreras de ingenierías de nuestra Facultad, y de Análisis Matemático para la carrera de la Licenciatura en Administración Rural. “Y además, un nuevo desafío que comenzó hace unos cuatro años, que es el de ser integrante de la cátedra de Investigación Operativa en Ingeniería Industrial, un aspecto de la matemática requerido para que el futuro profesional tome decisiones a partir de aplicaciones y de algoritmos matemáticos”, explicó.
Sobre qué se necesita para ser un buen docente tecnológico, Myrna resaltó: “Se necesita mucho amor a la profesión, por supuesto el conocimiento y la habilidad y actitud para transmitir ese conocimiento. A veces no es fácil pararse frente al aula y recorrer junto con los estudiantes un trayecto de conocimientos. Pero estamos preparados, nos fuimos preparando. En realidad, el primer día te tiemblan las piernas, pero después te vas fortaleciendo, incluso te fortalece el resultado que recibís de los estudiantes”.
Otro desafío particular es el de ser docente de las Materias Básicas, que son los que reciben a los estudiantes en sus primeros años de vida universitaria. “Me pasa todos los años que cada vez que comienza el ciclo académico me pregunto quiénes estarán del otro lado. Porque en los últimos diez años ha cambiado absolutamente la dinámica de los estudiantes que ingresan, y nosotros no podemos ser los mismos docentes que hace diez años, por lo tanto tenemos que evolucionar también en ese sentido. Y nos encontramos frente a un grupo de personas que está integrándose a un nuevo desafío completamente diferente al que viene acostumbrado, con algunos detalles académicos que no están completos y hay que completarlos”.
“Y además es un ambiente absolutamente distinto para ellos, así que los primeros meses son intensos para ellos y para nosotros como docentes, que tenemos que adaptar nuestra metodología, nuestra didáctica, nuestra pedagogía a ese nuevo grupo. Y siempre tenemos que estar en línea con las nuevas herramientas, las nuevas tecnologías, que son las que utilizan nuestros estudiantes, así que vamos a la par”, resaltó.
Y remarcó: “Yo digo que soy docente todos los días de mi vida, más allá de que esté dando o no clases, porque fuera del aula nosotros hacemos mucho trabajo que no es quizás visible, pero que sí da resultado luego en clase. Entonces, siempre estamos modificando, agregando algo, consultando, incluso con inteligencia artificial, buscando nuevas formas, métodos para acercar con lenguaje más sencillo, más simple, el mismo conocimiento a estos estudiantes. Y tratar de entusiasmarlos también, que ese es todo un proceso”.
Al referirse a las satisfacciones que tiene este trabajo, la docente comentó: “No hay nada más lindo que escuchar la palabra ‘profe’ en los pasillos. Y el reconocimiento en la calle incluso, en tu vida cotidiana no dejas de ser ‘la profe’. Es fabuloso. Y yo realmente, después de muchos años, han pasado tantos estudiantes que a veces no los identifico, y lamento mucho no poder saludarlos con su nombre, pero sé que están ahí”.
“Casualmente, anteayer recibí un mensaje de Leo, un estudiante de Ingeniería Industrial, que me mandó la foto de su primer hijo. ¿Qué puede significar eso para una? Muchas cosas, a mí me emociona”, dijo.
Finalmente, al referirse a esta fecha especial, la profesora expresó su reconocimiento “a los que nos formaron, porque ellos también son docentes tecnológicos y hoy estamos aquí en gran parte gracias a los conocimientos que ellos nos impartieron. Después, por supuesto, está nuestra dosis, y nuestra capacidad como para ser docentes. Reconozco a todos mis colegas, porque todos marcamos una huella en nuestros estudiantes, absolutamente todos. Y también quisiera destacar al futuro, a los que se están formando, porque este camino tiene continuidad, porque ya estamos formando a gente que nos va a reemplazar en el futuro y que lo estamos haciendo bien para que ellos puedan transmitir, no en mucho tiempo, con su forma, con su estilo, y continuar con esta misión de la Universidad Pública, de formar gente que transforma la sociedad”.